IGLESIAS Y CAPILLAS DE PILOÑA

1. TRADICIÓN RELIGIOSA
Sin menospreciar la importancia del tema que nos ocupa, en atención al objetivo del presente trabajo, trataremos de sintetizar los datos que se aportan referidos a los cuatro ciclos acuñados sobre los datos de la historia de Europa, que han sido denominados respectivamente edades: Antigua, Media, Moderna y Contemporánea.- En algunos casos es imprescindible mencionarlos con carácter general, y en otros señalarlos con datos concernientes en particular al Concejo de Pilona, si bien quedarán siempre grandes lagunas informativas y posibles incertidumbres; por ello pido de antemano mil perdones...
1.1 Edad Antigua. Este período de tiempo, el de más larga duración comparado con los otros tres ciclos históricos, comprende desde el año 3.000 a. de C. (difusión de la escritura) hasta el año 476 d. de C. (caída del Imperio romano de oc­cidente).
Todos los autores e investigadores coinciden en constatar la casi carencia de documentación y otros datos en los primeros siglos de esta era, si bien se sabe que los celtas llegados a la península, hacia el siglo VI a. de C., se instalan en Pilona co­mo unidades independientes: concretamente unidades sociales de los Lugones (gentilicio relacionado con el dios céltico Lugus, asimilado a Mercurio) se sitúan en Paelontiirm (Beloncio) y en Arganticaenis (Argandenes). De la fusión racial de los iberos y los celtas surge el primitivo pueblo celtíbero de religión politeísta y animista (cultos indoeuropeos y orientales), siendo alguna de sus divinidades: Buradonis, Dergetioo, Epona, ...
Cerca del castro celta de Arganticaenis (Argandenes) existen las ruinas de la capilla de San Pedro que, parece ser, procede de un culto pagano cristianizado.
El siglo II a. de C., con la invasión de Hispania por Roma, marcará una etapa decisiva en el carácter religioso de nuestra tierra.- La península queda distribuida en tres grandes zonas: las dos provincias romanas Ulterior (Sur) y Citerior (Nordeste). quedando la tercera demarcación, el Noroeste trasmontano, sin ocupar por las tropas de Roma.- A finales del siglo I a. de C., ante los problemas que los pueblos cántabroastures crean en las comarcas limítrofes con la provincia Citerior, el emperador César Augusto decide pacificar toda la península Ibérica enviando a sus legiones, al mando del general Marco Agripa, y terminan la ocupación en el año 19 a. de C.; a partir de esta fecha recibe el nombre de Tarraconense la antigua provincia Citerior, se establece una época de paz y prosperidad en todas las provincias del Imperio y se produce la romanización de Es­paña con la aceptación de las leyes, la civilización y costumbres de los romanos, así como la lengua latina que supuso la unidad lingüística con el resto de las provincias del imperio romano.

 

Siendo emperador César Augusto, se produce el hecho más portentoso del universo,: nace, en Belén de Judea, el Hijo de Dios, Cristo el Mesías, el Salvador, el cual había sido anunciado por los profetas al pueblo hebreo, nacido de la Virgen María.- Este momento significa el establecimiento del punto de partida para la designación de las edades de la humanidad: antes de Cristo (-) y después de Cristo (+).-
^Jesucristo progresaba en sabiduría, en edad y en gracia delante de Dios y delante de los hombres» (Lucas).- Hasta los treinta años vive con José y María en Nazareth; es bautizado en el Jordán por Juan el Precursor; permanece a solas con Dios durante cuarenta días en el desierto, antes de anunciar el nuevo Reino Prometido, y comienza su predicación en la Sinagoga de Galilea con palabras sencillas «Ha llegado el tiempo: se aproxima el Reino de Dios; haced penitencia y creed en el Evangelio (Buena Nueva)»; recorre Galilea, Samaría y Judea, realiza innumerables milagros y después de tres años, su vida pública, muere crucificado para rescatar al género humano (profecías mesiánicas de la Biblia).- Cristo, que resucitó al ter­cer día, se reunió con sus discípulos en Galilea donde les dijo: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra; id, pues; enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a observar todo cuanto yo os he mandado. Yo estaré con vosotros siempre hasta la consumación del mundo». (San Mateo). El Señor Jesús, después de haber hablado con ello, fue levantado a los cielos y está sentado a la diestra de Dios. (San Marcos).
Jesucristo, con su nacimiento, predicación, muerte, resurrección y ascensión, deja establecido el cristianismo.- Es la religión más sublime cuya Ley es el amor a Dios y al prójimo, nos hace hijos del Padre (Dios único)), coherederos de Cristo, y por ello establece la hermandad e igualdad entre todos los hombres.
Los discípulos, cumpliendo el mandato del divino Maestro, anuncian el Evangelio a todas las naciones («vosotros daréis testimonio de esto»).- El apóstol Santiago llega a Hispania para predicar la buena nueva a orillas del Ebro donde, según la tradición, recibe la visita de la Virgen en carne mortal.- San Pablo y otros varones apostólicos llevan noticias del Evangelio a otros lugares de España (años 64-65).- El cristianismo arraiga pro­fundamente en las provincias hispanoromanas; como en el resto del Imperio es sometido a crueles persecuciones (desde Nerón -siglo I- hasta Diocleciano -siglo IV-) que produjeron millones de mártires cristianos.- En todas las persecuciones los mártires españoles fueron muy numerosos, y de la última seña­laremos a los santos hispanoromanos: Justo y Pastor (niños), Eulalia de Barcelona (virgen), Justa y Rufina (vírgenes), Innumerables mártires de Zaragoza, ... De estos siglos, no se poseen datos precisos sobre las comunidades cristianas en Pilona, ni sobre la posible existencia de mártires entre sus componentes; sin embargo es razonable admitir que hayan llegado, a esta tierra trasmontana, noticias sobre la buena nueva y que la misma haya prendido en los corazones generosos de sus habitantes.
En el año 313, se produce un hecho fundamental para el futuro del cristianismo; los emperadores Constantino (Occidente) y Licinio (Oriente) promulgan la Constitución milanesa (modalidad de Rescripto), a la que se suele llamar impropiamente «Edicto de Milán»; en su texto, la traducción literal de su princi­pal pasaje dispositivo dice:
«Hemos creído que debíamos regular, entre otras cuestiones aptas para asegurar el bien de la mayoría de los hombres, en primer lugar, aquellas que afectan a la veneración debida a la divinidad; y así hemos acordado reconocer a los cristianos y a todos los demás hombres la libertad y la posibilidad de practi­car la religión que cada uno quiera... Por lo tanto, estableceremos que a nadie se niegue el derecho a la práctica de la religión de los cristianos ni la posibilidad de adherirse al culto que piense es el más adecuado para él, con el fin de que la divinidad pueda, en todas las cosas, otorgarnos su habitual favor y benevolencia."
El Emperador Constantino, primer político de la historia universal que proclamó el principio de la libertad religiosa, rompe formalmente con el paganismo y se convierte al cristianismo; nunca pretende absorber el gobierno de la Iglesia pero su gran religiosidad es un ejemplo que, independientemente de la pro­pia expansión apostólica, contribuye de manera decisiva al florecimiento y a la unidad de la Iglesia de Cristo.- En esta ejecu­toria ha tenido influencia notoria el obispo Osio de Córdoba.
Por iniciativa del emperador Constantino, se reúne el primer concilio ecuménico de Nícea entre los días 20 de mayo y 25 de julio del año 325; lo preside el legado del papa (Silvestre I) Osio, obispo de Córdoba, con asistencia de unos trescientos obispos que redactaron el Credo (símbolo de la fe ó símbolo de Nicea) y fijaron el dogma católico.
Desde Juliano el Apóstata (361-363), que intentó restaurar el paganismo, hasta Teodosio I (379-395), emperador natural de Hispania y gran impulsor de la Iglesia Católica (establece como oficial del Estado la religión católica) se crea una brillante cultura cristiana.
En los años finales de la edad antigua, el catolicismo arraiga con plenitud en toda la península; esta evangelización alcanza plenamente a las gentes de Pilona, poseedoras de profundos sentimientos religiosos.
1.2. Edad MediaCon la invasión de los pueblos bárbaros y su propia decadencia, en el año 476, se produce el fin del Imperio romano de Occidente; es depuesto el último emperador romano occidental Rómulo Augústulo y da comienzo la Edad Media, que se extiende hasta 1.453, fecha en la que los turcos toman Bizancio.
Ya en el año 409 se inicia la invasión de España por los bárbaros: suevos, vándalos y alanos; en nuestras tierras, noroeste peninsular, se establecen los suevos que permanecen independientes hasta el reinado de Leovigildo, quien consigue en el año 585 la unidad política de España y trata de obtener la unidad religiosa bajo el arrianismo; al no lograrla aconseja a su hijo Recaredo la conversión al catolicismo.
El rey visigodo Recaredo I convoca en el año 589 el III Concilio de Toledo, en el que, con altos dignatarios eclesiásticos y algunos nobles, se convierte al catolicismo, crea la monarquía católica y establece un paso decisivo para la fusión de las razas hispanoromana y visigoda, y consigue igualmente la unidad religiosa, a la que aspiraba su padre Leovigildo. Con la derrota del último rey visigodo Rodrigo, en la batalla de Guadalete (año 711), ante los árabes de Tariq, se inicia la invasión musul
mana a la península que es ocupada casi en su totalidad; queda fuera del alcance árabe nuestra tierra trasmontana, y es precisamente en Covadonga tras la victoria de los cántabroastures sobre el ejército invasor (atribuida por la tradición a la milagrosa intervención de la Virgen), donde se nombra primer rey de Asturias (año 718) a Don Pelayo descendiente de la nobleza visigoda.- Con esta batalla comienza la Reconquista de España, que tiene una duración de siete siglos, y es cantada en el himno a la Virgen de Covadonga:

Bendita la Reina
de nuestra montaña
que tiene por trono
la Cuna de España...

En Piloña, cuyo escudo contiene -en opinión de algunos estudiosos- la efigie de Don Pelayo, ha quedado definitivamente consolidada la religión católica: sus villorios y lugares alzan iglesias, ermitas y capillas para los cultos públicos y privados, así como monasterios para órdenes religiosas.
Hecho trascendental para la comunidad católica asturiana, es el Concilio de Oviedo (junio del 821) ya que en el mismo se constituye como metropolitana la Iglesia Asturiana, con sede plena, hecho que se recoge en el Liber Testamentorum:
«ANTIQUUM PRIVILEGIUM ARCHIPRESULATUS OUE-TENS/S ECCLESIE.- Summi dispositoris prouidentia permanente ... et universal! Hispaniensium concilio nobis fauente, Ouetensem urbem metropolitanam eligimus sedem ...»
A partir de esta fecha los reyes, señores de sus territorios, realizan periódicas donaciones, a la Iglesia de Oviedo, de templos y monasterios así como otros bienes con los que va formando su patrimonio.
Por lo que respecta a Pilona, consta , en dicho Liber Testamentorum de la Catedral de Oviedo, la confirmación, por parte de Ramiro II, hijo de Alfonso III y la reina Jimena, de los privilegios y donaciones de sus antepasados a la Iglesia de Oviedo, que realiza con fecha 23 de setiembre del año 926, concreta­dos en los siguientes:
* Santa Eulalia de QUES «In Coe ecclesiam Sánete Eulalie cum adiacenciís suis ab integro»
San Martín de BORINES «In Borinis ecclesiam Sancti Martini cum adiacenciis suis ab integro»
Santa María de ANAYO «In Enaio ecclesiam Sánete Mane cum adiacenciis suis ab integro»
San Román de ARGANDENES «In Argandenes ecclesiam Sancti Romani cum adiacenciis suis ab integro»
Santa María de OVANA «luxta flumen Pialoniam ecclesiam Sánete Mane de Ouana per suos términos»
San Pedro de BELONCIO «Ecclesiam Sancti Petri de Uenonzo cum adiacenciis suis per suos términos, per ¡lio uallarate, per illos pozos usque ¡n ilumine Elua, per fonte de Bretones usque Elua, per illa lama, per ¡lio regó usque ¡n pratezolo intus ab integro»
También figura en el L. Testamentorum la donación de Elo Guterriz, a la Iglesia de Oviedo, del monasterio de San Pedro de Sevares, hecho realizado el 19 de febrero de 1.090.
* San Pedro de SEVARES «... fació kartulam testamenti suprascrípte sedi de monasterio meo oucabulo Sancti Petri de Seuares secus flumen Pialoniam cum ómnibus suis deganeis et hereditatibus pernominatis Sala secus flumen Pialoniam ...»
En el Cartulario del Monasterio de San Pedro de Eslonza, con fecha 14 de mayo de 1.099, se menciona la donación realizada por Doña Urraca del monasterio de San Juan de Berbio al monasterio de Eslonza.
* San Juan de BERBIO «Aditio quoque ¡n Asturias monas-terium Sancti lohannis quí vocatur Uirbiu totum ab integro cum ómnibus seruis et anci/lis suis et cundís hereditatibus»
En la baja edad media, finales del siglo XIV, la distribución territorial de Pilona, coincide prácticamente con las parroquias del arciprestazgo, que según la estadística elaborada por el obispo de Oviedo, Gutierre de Toledo, son las que se relacio­nan y cuyas iglesias están bajo la advocación que se cita:

Anayo.-        Iglesia parroquial de Santa María de la Asunción
Beloncio.-    Iglesia parroquial de San Pedro
Borines.-      Iglesia parroquial de San Martín de Tours
Cereceda.-   Iglesia parroquial de San Vicente Diácono
Coya.-             Iglesia parroquial de Sanfa Eulalia
Lodeña.-      Iglesia parroquial de Sanfa María
Pintueles.-   Iglesia parroquial de San Cristóbal
Ques.-         Iglesia parroquial de Sanfa Eulalia
San Juan de Berbío,-
Iglesia parroquial de San Juan Bautista San Román de Villa.-
Iglesia parroquial de San Román Mártir

Sellón.-        Iglesia parroquial de San Lorenzo
Sevares.-     Iglesia parroquial de San Pedro
Valle.-         Iglesia parroquial de Sanfa María Magdalena
Vallobal.-     Iglesia parroquial de Santa María Magdalena
Villamayor.- Iglesia parroquial de San Pedro


Las atenciones religiosas a los feligreses de Pilona, por parte de los respectivos párrocos, estaba complementada por los religiosos de varios monasterios, casi todos benedictinos, existentes en las tierras piloñesas. Durante la Edad Media hubo importantes centros de peregrinación, siendo Santiago de Compostela uno de los santuarios más venerados.- Pilona no fue ajena a estas rutas de peregrinaje, ya que por sus tierras circularon muchos romeros cuya meta era el sepulcro del apóstol Santiago, y que también se dirigían a San Salvador de Oviedo para adorar las reliquias de la Cámara Santa; para facilitar este tránsito se disponía en Pilona de monasterios benedictinos, Santa María de Villamayor (de monjas) y San Juan de Serbio (comunidad de monjes), sin olvidarnos de la malatería de Vallobal (al servicio de peregrinos y
caminantes) y el hospital de la Cueva, donde la Orden de San Francisco también dio hospitalidad y auxilio al los romeros.- El contacto de nuestras gentes con los peregrinos, procedentes de otras tierras, ha contribuido a robustecer la tradicional religiosidad de los piloñeses.                                  - •
1.3. Edad ModernaEl día 29 de mayo de 1.453, el ejérci­to otomano conquista Constantinopla lo que significa el hundi­miento definitivo del imperio bizantino; con este hecho se inicia la edad moderna, que se extiende hasta el año 1.798, cuando triunfa la Revolución Francesa tras la toma de la fortaleza real de la Bastilla (14 de julio).
Durante los primeros años de esta época histórica, en Es­paña se producen dos acontecimientos singulares: se culmina la Reconquista, con la toma de Granada (2 de enero de 1.492) por ios Reyes Católicos, y se restablece la unidad de España; el segundo hecho fue el descubrimiento de América (12 de oc­tubre de 1.492), obra de España y de los Reyes Católicos, del que dice el sacerdote y cronista de Indias López de Gomara: «La mayor cosa después de la creación del mundo, sacando la Encarnación. Muerte y Resurrección del que lo creó, es el des­cubrimiento de las Indias»,
Con la unidad territorial y política, consiguen igualmente los Reyes Católicos que la religión católica sea la única practicada por todos los españoles; base necesaria para la gran Evangeliza-ción llevada a efecto en los territorios descubiertos de ultramar.

 

En el año 1.517, el teólogo alemán Martín Lutero comienza la Reforma Protestante, se rompe la unidad cristiana; por sus escritos, de los que no se retracta, es condenado por el Papa en 1.520, por cuyo motivo se separan de la obediencia numero­sos pueblos de Europa,- Frente a este importante hecho religio­so, nace un movimiento de reorganización de la Iglesia Católica que se denomina Contrarreforma, fueron renovadas algunas Ordenes religiosas (Carmelitas y Franciscanos), fundándose otras como la Compañía de Jesús.
El Concilio Ecuménico de Trento (1.545), quizá el más im­portante de la historia de la Iglesia, establece los decretos refe­rentes al dogma fijando la posición doctrinal de la Iglesia Católi­ca frente a los errores del protestantismo; en él destacaron ilus­tres teólogos españoles dominicos y jesuítas.- Con este Conci­lio se culmina la Contrarreforma, manteniéndose España, des­pués de la crisis reformista, fiel a su tradición católica.
En nuestras tierras de Pilona, donde se acrecienta la religio­sidad de sus gentes, se erigen nuevas iglesias, capillas y ermi­tas; ello facilita la asistencia a los cultos de todos los piloñeses diseminados por sus zonas urbanas, lugares y caseríos.
A finales de esta Era (1.798), el municipio cuenta con los templos siguientes:

* Anayo
Iglesia parroquial de Santa María de la Asunción, en Capa-reda.
Ermita de Nuestra Señora de los Dolores, en Faedo. Ermita de San José, en Fresnosa.
Ermita de San Isidro, en Robledo.
Ermita de Jesús María y José en Capareda,
Beloncio
Iglesia parroquial de San Pedro, en Beloncio
Iglesia de Ntra, Sra. de los Prados (Sta. María de Ovana-si-
glo X), en Cadapereda,
Capilla de San Roque, en Arenas (La Trapiella).
Ermita de Santa Ana, en Maza.
Borines
Iglesia parroquial de San Martín de Tours, en Borines.
Ermita de San Antonio de Padua, en Borines.
Ermita de San José, en Borines.
Ermita de Belén, en Borines.
Ermita de San Félix, en Borines.
Ermita de San Roque, en Borines.
Ermita de San Antonio de Padua. en Moñío.
Ermita de Santa Catalina, en Viyao.
Ermita de Las Nieves, en Sieres.
Ermita de San Andrés, en Sieres.
Cereceda
Iglesia parroquial de San Vicente diácono y mártir, en Cere­ceda.
Ermita de Nuestra Señora del Rosario, en Cereceda.
Ermita de San José, en Cereceda.
Ermita de San Francisco, en Robledo.
Ermita de San Martín, en riobledo.
Ermita de Nuestra Señora del Carmen, en el Palacio de Ru-bianes.
Ermita de los Santos Justo y Pastor, en Sardeda.
Capilla de Nuestra Señora de la Encarnación, en el Palacio de Cutre.
Coya
Iglesia parroquial de Santa Eulalia, en Villa de Arriba.
Ermita de Nuestra Señora de Guadalupe, en Villa de Abajo.
Ermita de San Pedro, en Monte Coya.
Ermita de Santa María Magdalena, en Bargaedo.

* Espinaredo
Iglesia parroquial de Nuestra Sra. de las Nieves, en La Villa (aneja a la de San Juan de Berbío). Ermita de San Tirso, en Riofabar.
Lodeña
Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Merced, en Lo­deña.
Ermita de San Antonio de Padua, en Lodeña.    •                                ." •
La Marea
Iglesia parroquial de Santo Domingo, en La Marea. Ermita de San Pedro Regalado, en Andrinales.
Miyares
Iglesia parroquial de Santa María de la O, en Miyares (aneja a la de San Pedro de Villamayor),
Ermita de Nuestra Señora de la Visitación, en Miyares.
Ermita de Nuestra Señora de los Remedios, en El Cantil.
* Los Montes
Iglesia parroquial de Santa María de los Montes, en Panda-venes (aneja a la de San Pedro de Sevares).
Ermita de San Bartolomé, en La Canal.
Ermita de San Antonio, en El Pico.
Pintueles
Iglesia parroquial de San Cristóbal, en Pintueles.
Ermita de Santo Domingo, en Pintueles.
Ermita de Santa Lucía, en Cadanes.
Ermita del Patrocinio de Nuestra Señora, en Cadanes,
Ermita de San José, en Cadanes.
Ermita del Santo Ángel de la Guarda, en Cadanes.
Ermita de Santa María de los Dolores, en La Roza.
Ques
Iglesia parroquial de Santa Eulalia, en Pedrueco.
Ermita de Santa Rita, en Sofelguera.
Hay cinco ermitas de propiedad particular.
Santuario de la Virgen de la Cueva; lo integran las capillas
de San José, de la Virgen del Carmen y, al fondo de la cripta, la
capilla donde se venera la imagen de la Virgen de la Cueva
(que, según la tradición, se apareció al Señor de la Torre de
Lodeña).
* San Juan de Berbío
Iglesia parroquial de San Juan Bautista, en Santianes.
Capilla de San José, en Otero (Palacio Miravete).
Capilla de San Antonio, en Lozana (Palacio de La Garrida).
Capilla de San Ramón Nonnato, en Santa Marta (propiedad particular).
Capilla de San Vicente Diácono y Mártir, en San Vicente.
Colegiata de Nuestra Señora, en Infiesto (Obra Pía).
Capilla de Santa Teresa, en Infiesto (Palacio del Marqués de Vista-Alegre).
Ermita de San Cipriano, en Infiesto (Mestas).
Ermita de la Asunción de Nuestra Señora, en Biedes,
Capilla de Santa Rita de Casia, en Roces (Palacio del Mar­qués de Vista-Alegre).
* San Román de Villa
Iglesia parroquial de San Román, en San Román.
Ermita de San Miguel Arcángel, en San Miguel.
Oratorio de Animas Virgen del Carmen, en San Román.
Capilla de Santa Rita de Casia, en Valles (propiedad particular).
Ermita de San Pedro, en Argandanes.
*Sellón
Iglesia parroquial de San Lorenzo, en Omedal.
Ermita de Santo Tomás en Ligüeria.
Ermita de San Antonio de Padua, en Fresnedal.
Hay otras tres ermitas de propiedad particular.

Sevares
Iglesia parroquial de San Pedro, en Sevares.
Ermita de Nuestra Señora de la Asunción, en Priede.
Ermita de Nuestra Señora del Corriellu, en Villar de Huergo.
Ermita de San Esteban, en La Pinera.
Hay otras cuatro ermitas de menor importancia.
Sorríbas
Iglesia parroquial de San Pablo, en Sorribas. Ermita de San Gregorio Vil papa, en Cua. Capilla del Palacio del conde de Peñalva.
Valle
Iglesia parroquial de Santa María Magdalena, en Valle. Ermita de la Visitación de Nuestra Señora, en Cardes. Ermita de San Roque, en Cardes. Capilla del Palacio Barredo (propiedad particular).
Vallobal
Iglesia parroquial de Nuestra Señora (San Lázaro), en Va­llobal.
Villamayor
Iglesia parroquial de San Pedro, en Villamayor.
Ermita de San Benito y Santa Marina, en Antrialgo.
Ermita de Santo Tomás apóstol, en Melarde.
Ermita de Santa María Magdalena, en Mones.
Ermita de San Antonio, en Pesquerín.
Ermita de San Martín, en Torín.
Capilla del Palacio de las Huelgas (propiedad particular).

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